Friday, June 14, 2013

Nanomedicina

Durante miles de años el ser humano se ha enfrentado a enfermedades. Esa razón nos llevó a desarrollar técnicas para preservar la salud, desde hierbas medicinales hasta las sofisticadas medicinas que consumimos hoy en día. Sin embargo el nivel de eficiencia y precisión de los medicamentos es bajo y en ocasiones se tienen efectos secundarios. Esta es la parte en donde mi súper héroe favorito entra en  acción, la nanotecnología. Su aplicación, cuya finalidad es el control de estructuras biológicas con precisión atómica para mantener y establecer la salud, es llamada nanomedicina.



En la figura anterior se muestran las aplicaciones más prometedoras y algunas ya existentes. Hace falta tiempo, investigación y recursos para perfeccionar técnicas e innovar nuevas posibilidades. 
El diagnóstico es la primera parte en la identificación de una enfermedad. Mediante resonancia magnética, ecografías y topografías se analizan los tejidos. Los nanodispositivos son usados como agentes de contraste en la imagenología. Estos han presentado una mayor eficiencia en comparación a los agentes tradicionales. Por ejemplo las nanopartículas superparamagnéticas de óxido de hierro mejoran la sensibilidad en la resonancia magnética para la identificación de tumores. Su detección es esencial para la determinación del tratamiento a seguir.

Eritrocito, Plaqueta y Leucocito
En el torrente sanguíneo corren globulos rojos (eritrocitos), glóbulos blancos (leucocitos) y plaquetas. Estas últimas son las encargadas de la coagulación de la sangre para controlar el flujo ante una hemorragia. Este proceso de hemostasia puede ser identificado por nanopartículas que son afines a los componentes de las plaquetas. Así se puede identificar dónde está el sangrado e incluso el paquete de nanopartículas podría suministrar el medicamento apropiado para ayudar al proceso. Se han probado soluciones nanohemostáticas que disminuyen el tiempo de sangrado sin dañar a células vecinas. De forma similar se usan identificadores, para registrar el paso de sangre en arterias que pueden ser responsables de infartos, así se pueden diagnosticar y prevenir.

Un gran problema en la administración de fármacos es su baja absorción y su escasa capacidad de atravesar membranas biológicas. Incluso algunos no pueden ser administrados de forma oral debido a la degradación enzimática que ocurre en el estómago. El uso de materiales nanoestructurados que encierren a los medicamentos, permitiría la administración oral, habría menos efectos secundarios como la irritación de la mucosa gastrointestinal y, claramente, aumentaría su eficiencia. La liberación del fármaco sería de manera específica.

Una técnica muy interesante para curar enfermedades complicadas, es yendo directo al ADN. Se pueden insertar secuencias de ARN que pueden modificar el código genético y así  poder arreglar alteraciones. Esto es algo real, sin embargo, lo complicado es penetrar hasta el núcleo de las células y para configurar el ADN. Durante el camino, este ARN sintético, se enfrenta al sistema inmune y a numerosas enzimas. Lo que se quiere desarrollar son recubrimientos nanoestructurados que “oculten“ al  ARN del sistema inmunológico y así pueda penetrar hasta los más íntimo de la célula y poder efectuar su misión. De poder llevarse esto acabo, está técnica podría ser el nuevo tratamiento y cura de enfermedades como el cáncer y el sida.

Los avances en la medicina en sinergia con la nanotecnología son capaces de cambiar completamente el modo de vida de la especie humana e incluso  sea un paso más hacia la singularidad. Tenemos que esperar a que estas nuevas tecnologías completen su desarrollo, que rompan esas barreras e iniciar una nueva era. Como diría Thomas Kuhn, estamos en el periodo de crisis, dónde estamos rompiendo paradigmas, a punto de que explote una revolución científica que cambiará el mundo como lo conocemos.

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